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viernes, 11 de marzo de 2011

El valor del anillo

Estimados lectores:

El día de hoy les traigo una reflexión acerca del valor que tenemos como seres humanos y que en ocasiones no es apreciado con exactitud -ni por nosotros mismos- sino hasta que llegamos las personas adecuadas, espero que sea de su agrado.

Cierto día llegó un alumno con su maestro un poco preocupado por un problema que tenía: -Estoy aquí profesor, porque me siento muy inferior y no tengo voluntad para llevar a cabo algo-, -además; me dicen que no sirvo para nada y que carezco de capacidad intelectual para enfrentar hasta el más mínimo reto- ¡Me siento muy mal conmigo mismo!, dígame: ¿Qué puedo hacer para mejorar?.

El profesor sin mirarlo, le dijo: -Lo siento mucho, no te puedo ayudar en éste momento-, primero debes apoyarme a resolver mi problema propio y tal vez después..., bueno, si tu me ayudas antes lo más pronto posible, quizá me dé un tiempo para analizar en tu caso.

-Claro, profesor murmuró el joven-, aunque un poco desmoralizado por la falta de tacto para su situación.

El profesor sacó de su dedo un pequeño anillo, lo puso en la mano del joven y le dijo: Ve lo más pronto posible al mercado municipal y trata de venderlo -al mayor precio posible, de preferencia pide una moneda de oro por él-, tengo deudas que saldar y esto me servirá para mi propósito. Regresa pronto.

Sin más demora aquél joven ofreció el objeto a los mercaderes y aunque lo miraban, no le ofrecían gran cosa por el anillo. Transcurrió el tiempo sin resultado alguno hasta que un comerciante le dijo en un plano amigable: ¡te daré dos monedas de plata por él, es lo más que puedo hacer por tí!, la moneda de oro que pides es demasiado.

Al escuchar la oferta, nuestro amigo el joven permaneció incolumne en el encargo conferido y desecho la oferta. Abatido por el fracaso, regresó con su maestro deseando tener una moneda de oro el mismo para terminar de una vez por todas con su tarea y a su vez; recibir por fin la atención de su mentor.

Maestro le he fallado nuevamente, es imposible conseguir la moneda de oro, lo más que me ofrecieron fueron dos monedas de plata por ella y lo rechace, es difícil engañar a los mercaderes con ese precio.

Al escuchar estas palabras de su entenado, el maestro se dirigió con una amable sonrisa y le dijo: ¿Sabes tu realmente el valor del anillo? -no, maestro, respondió el acongojado alumno-, mira; le secundo su mentor, acude ahora con el valuador que está en el pueblo contiguo y él te dirá cuanto vale, ve rápido, no tardes.


Nuevamente el alumno emprendió el camino ahora con la consigna de saber el valor de aquél anillo para salir de dudas también. Al llegar con el valuador, saco de su bolsa el objeto y le solicitó un precio.


El valuador asombrado le comentó al alumno, ¿De dónde has sacado esto? ¡Esto vale cuando menos 10 monedas de oro, te lo compro...!, el alumno absorto ante tal noticia negó la transacción, pues debía tener la anuencia de su mentor, así que corrió desesperadamente de regreso para comentar este gran suceso. Al llegar a la escuela nuevamente y un poco exaltado le recitaba palabras a su maestro en forma atropellada, el Maestro conservando la calma le dijo: Mi estimado alumno, el valor del anillo para mí es incalculable y por ello, no lo vendo ni aún en 10 monedas de oro, gracias por ayudarme con mi encargo, ahora, en agradecimiento te ayudaré con tu problema mi estimado amigo.


Deja comentarte que el anillo que te pedí vender y valuar eres tú, tú eres ese preciado objeto y en el primer ejemplo, la gente habla de ti sin sentido, te menosprecia y no sabe realmente valuar tus cualidades, en el segundo supuesto, tú mismo eres ese valuador, el cual ha descubierto el real valor que tienes como persona. ahora ve a casa estimado alumno mío y reflexiona sobre ello...


Estimado lectores, no hay nada más valioso que nuestra misma percepción de nosotros mismos, los demás podrán "asignarnos un valor", el más importante y valioso es el que tengas de ti mismo.


Espero que te haya gustado la historia y te ayude a superarte. ¡Eres lo más grande de la creación y debes por aprecio a ti mismo, corresponderte!.


Saludos cordiales.


CPC y MI Juan Gabriel Muñoz López
Consultor Fiscal


gabriel_fiscal@hotmail.com


twitter:  @gabriel_fiscal












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